viernes, 11 de julio de 2014

Curiosidades Taurinas: REY FELIPE II (1527-1598) BUEN DISFRAZ, SEÑOR CARDENAL:



     La idea de que las corridas de toros son fuente de grandes males para el alma de los españoles es antigua. Es, incluso, imperial. Y eso que por entonces, no conocían, por no haber sido aún escritas las perversidades que, según Eugenio Noel, se engrandan y practican en los recintos taurinos. 


     El mal no escapó a la perspicacia de los papas, y algunos, Sixto V por ejemplo, conminó a los gobernantes de España a prohibirlas, y a los aficionados a abominar de las mismas, bajo amenaza de excomunión. Mayores desórdenes que lo del alma, previo el prudente Felipe II en la gobernación  de sus estados, pues cerró los oídos a los papeles anatemas y con humildad de súbdito amantísimo de la  Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana escribió al pontífice lo siguiente: "la bula (de la prohibición) no surtía efecto por ser las corridas de toros costumbre tan antigua que parece estar en la sangre de los taurinos".  

Cardenal Barbarine

     La excomunión quedó, desde entonces, para los clérigos, que la afrontaban disfrazándose de seglares. Hasta el delegado pontifico, Cardenal Barberine, poseído por la pasión taurófila, se colaba en los cosos, disfrazado y sin los atalajes cardenalicios. Descubriólo una tarde el Rey Felipe a la salida de un recinto en una corrida, y dicen que le dijo: “Bien disfrazado vais Señor Cardenal; mas no tanto que no se os conozco”. 

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