Rodolfo “Positivo”
Cronista Taurino del Diario Vea.
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A mi edad puedo permitirme la licencia de escribir sólo de aquello que me motiva y dejar de hacerlo por obligación, más o menos personalmente asumida, como exigencia profesional inherente a quienes hemos sido toda nuestra vida cronista taurino, solamente eso cronista y nada más que cronista.
Les recomiendo a todos los organizadores y empresarios taurinos que para el próximo año 2017 sería bueno reflexionar sobre la gestión adecuada con los toreros nuevos. Pero, sobre todo, ser muy cautos al exigirles que revienten taquillas allá donde vayan todos los días. Creo que esos tiempos pasaron. Como creo y cabe la posibilidad que pueden volver.
Recuerdo que en la época de antaño de los 70 y 80 los primeros mano a mano en los que se verán las caras los llamados figurones del toreo, de los nuevos valores del toreo emergentes y de las figuras. Nunca sucedió que, de golpe, las figuras fueran expulsadas por figuras nuevas. Convivieron nuevos con los que ya estaban arriba hasta que éste daba un paso al lado y el que venía empujando ocupaba, de forma natural, su lugar.
Naturalmente, los diestros se mantenían en seguir sumando y ocupando su puesto en los carteles por múltiples razones: una, que era un gran torero, otra que llevaba más gente que el que ya estaba, otra que era capaz de tirar del carro. Esa es la forma natural de ganarse el puesto de privilegio. Y no cabe duda que para el 2017 comience a gestionarse esa situación o esa posibilidad. Todos los que ahora ocupan desde hace años eso espacios de privilegio, créalo estimado lectores que de por si ellos un día pasaron por la misma fase. Exactamente por la misma. Menos por una.
El único que hoy dia llena la plaza es Jose Tomas, la gente se queda sin entradas, fuera de la plaza. Eso es así. Me pregunto por qué, desde entonces, los toreros que han ido surgiendo no han tenido ese impacto. Y han surgido algunos muy buenos, grandes de verdad. Y ahora mismo vislumbro o atisbamos que, de entre los emergentes, alguno o algunos pueden llegar a ser grandes de verdad. Entonces, ¿por qué ya no hay gente fuera, por qué hay huecos en los tendidos?
Una cosa si les digo en la cual hay una respuesta personalizada para ese asunto. Es decir, que los nuevos diestros si tienen la garantía de llevar gente no digamos que llenen la plaza de toros pero si rebosar los tendidos. Esa puede ser una constatación, pero hay una consecuencia de algo que hemos estamos viendo, o que se nos escapa o que sencillamente no queremos ver.
En mi óptica creo que la falla está por parte de los ganaderos que están irrespetando a la gran afición taurina de nuestro país mandando para las ferias becerros destetados por toro, un caso muy peculiar y lo hemos visto con el chucuto escuálido organizador Ricardo Ramírez el pasado Año en la Feria de la Chinita y este año en Mérida.
Desde luego que en plazas de ferias con raíces, como San Cristóbal, con los matadores que piensa contratar Nelson Grisolía y el cartel que más llama la atención con las diestras Mari Paz Vega, Conchi Ríos, Hilda Tenorio y el retiro de los ruedo del torero de Caracas, Pepe Luis Núñez los carteles van a tener un grandísimo tirón. Pero el toreo vive, no solo también, sino sobre todo, en las otras plazas de ciudades y pueblos de este bendito país. Y ahí todavía hay gente de llenazo.
Creo que hay empresarios taurinos están estrechando en un embudo con reflexiones tardías. Si pudiéramos ver una imagen desde arriba de este país con colores sobre los espacios taurinos de las últimas cinco o seis décadas, veríamos que ese color se iba matizando o desapareciendo primero por zonas o comunidades, luego, en algunas comunidades, desapareciendo sólo hacia sus capitales y, luego, perdiendo el color hasta quedar bien visibles solo Valencia, Maracay, San Cristóbal, Mérida, Maracaibo…
Es decir, que cuando afirmamos que hemos hecho una Fiesta urbana, desapegada del pueblo, estamos reflexionando tarde porque el siguiente paso ha sido que el gran reventón se sitúa sólo en ciertas capitales de ferias de impacto. Pregunto, ¿esta pérdida de color es la que causa que los toreros buenos no llenen allí por todas partes? ¿Son ellos y sus lagunas los que causan esa pérdida de color?
Creo que puede haber argumentos referentes a los matadores y hay dos respuestas o las dos cuestiones. Algunos dirán que todos torean casi igual y lo peor es que son toreros muy técnicos, que los toreros nos los aprendemos muy pronto, que las novedades ya no lo son pues son toreros asequibles de ver tanto por la tele que en la alternativa ya son ese al que hemos visto tantas veces. Puedo estar de acuerdo, pero hay que añadir más cosas
Por ejemplo, que hemos hecho una Fiesta urbana y, además, de nombres. Una Fiesta elitista por cara. Una Fiesta para el mejor de los poderes adquisitivos. Una Fiesta o espectáculo del toro más previsible. Una Fiesta sabida en su desarrollo, de escaso margen de inventiva o desorden. Y más cosas. Por eso, creo que este año sería bueno reflexionar sobre la gestión adecuada con esta gente nueva. Pero, sobre todo, ser muy cautos al exigirles que revienten taquillas allá donde vayan todos los días. Creo que esos tiempos pasaron. Como creo que pueden volver. Yo no tengo la clave. Por eso pregunto.
Esta unión ya no puede, ni debe romperse, tiene que persistir para hacer frente a los tiempos venideros, que seguro que serán difíciles porque los antitaurinos con el apoyo de los políticos afines nos van a atacar cada vez con más saña, pero la fuerza de la razón la tenemos nosotros y al final siempre acaba imponiéndose. Las autoridades correspondientes, los antitaurinos, los enemigos de la libertad, todos aquellos que quieren abolir el toreo deben tomar nota de lo que ocurrió en Caracas y saber que puede volver a ocurrir pero aumentado. Ya no nos podemos callar.
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