¡Que vaina! Cuando regreso a Caracas después del relax en una playa del oriente venezolano, totalmente aislado, con la compañía de mi familia, sin internet ni celular, y me dedico a revisar los medios escritos, sobre los diestros que se presentaron en la ultima comparecencia en homenaje al Maestro Morenito de Maracay en la Maestranza Cesar Girón.
Ahora bien ordenar la cabeza de uno, del todo, todo lo intenso vivido en la Maestranza viendo torear a ese gran torero como “El Rey del quiebro", Morenito de Maracay, ha sido una de las tareas más placenteras que me ha regalado el toreo. Incluso ha sido tan fuerte, tan fuerte que me ha dado la oportunidad de descifrar una de las mayores incógnitas de mi vida: saber, el por qué de la existencia tanto de mi como de los míos en los tiempos actuales y no hace cien, doscientos o trescientos años o mismamente después de lo que vi en Morenito de Maracay el domingo 30 de Noviembre.
Ya nunca mas tendré que pensarlo; ya que si existo al día hoy es sencillamente para poder disfrutar de ese gran torero llamado José Nelo "Morenito de Maracay".
Hasta ahora no he conocido un diestro más capaz, más ambicioso, más aficionado al toro, más responsable, más elegante en sus formas, dentro y fuera de la plaza y más entregado a su profesión como torero que Morenito de Maracay “El Rey del quiebro", en el que se comprendían el arte del dominio y el dominio del arte. Seamos sinceros: en verdad a Morenito de Maracay no le falta nada por conquistar, porque no hay reducto taurino en el mundo, ¡en el mundo!, que no haya sido escenario de su magisterio.
Me atrevería a decir que no tiene parangón en toda la historia de la tauromaquia.
Entretuvo al concurrente en dominar el toreo en Maracay, sacó tajada del único burel de Campolargo que ofreció las posibilidades de triunfo.
Aunque el novillo no tenia transmisión ni calidad. Morenito lo aprovecho a su manera para torearle a gusto a la verónica con ese son artístico y clásico. Demostró todo su sentimiento torero y que está en su mejor momento para torear en cualquier festejo y con cualquier ganado que se le coloque. Aplomó siete ligados lances a compás abierto a la Verónica, con muchas exquisitez, con las manos muy bajas como debe ser, rosando los cojones, llevando a su novillo templado y largo para luego rematarlo con una extraordinaria media. Sin mucho cuento el aragüeño estuvo realmente bien en su inicio de faena con este primoroso toreo de capa.
Con las banderillas, como siempre!, “El Rey del quiebro" dejó patentado que sigue llevando la batuta como unos de los mejores diestros en colocar las banderillas. La que ha liado Morenito de Maracay con los garapullos!, una escandalera de marca mayor!. Hay que ver que buen sabor dejo en el ambiente con dos pares al quiebro hacia los adentros de las tablas.
La relajación se convirtió en el eje fundamental que dio giro a la faena de muleta. Sumergió muletazos redondos y profundos. Ordoñistas en su profundidad y Antoñetistas en su deslumbrante ligazón.
Verdaderamente una corta faena cuajada de cabo a rabo que tuvo emoción en todo su momento. Cuando se torea con tanta verdad, es difícil que la faena no adquiera una dimensión. Morenito de Maracay se permitió hacer una de sus mayores faenas lidiando y cuajando una vistosa faena con cuatro series de muletazos con la mano izquierda en redondo francamente templado, gustándose y relajando mucho la figura. Así de bien se explayó “El Rey del quiebro", Morenito de Maracay.
Con la mano diestra, se anduvo con mucho guillo y no tan seguro de las embestidas del novillo, tenia peligro y al darle el pase se iba huidizo hacia las tablas y allí se podía rajar, más bien por ese lado había que tirar de algo más que de técnica tapándole la salida con la muleta dejándole el engaño en la cara para que no se fuera hacia las querencias de esta maneras Morenito pudo robarle algunos escasos muletazos bien ejecutado.
En cualquier caso Morenito de Maracay tumbó al novillo de una estocada en bajonazo y se llevó las dos orejas bien merecidas. Del primero no voy hacer comentario ya que se lesionó al rematar en unos de los burladeros.
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