miércoles, 5 de octubre de 2016

Los Hermanos Grisolía brindan en su último Ciclo Ferial de San Sebastián, con su mejor repertorio taurino.



     Todos los años, al finalizar la última feria taurina del año en nuestro territorio nacional parece obligado recordar que solo queda un mes para celebrar la Feria Internacional de San Sebastián. 

     Ya se ha dicho que es una de las más grandes e importantes de América, no sólo por su extensión -sino por los seis festejos continuos en lo que en este tiempo que corren no se ve en todas partes: ejemplo solo en Valencia- y relación en cuanto a número de habitantes, lo que la convierten también en una de las más importantes del calendario, al igual que sucede con la calidad y categoría de los carteles que la integran. 


     Todo esto no sucede, aunque lo pueda parecer a algunos, por pura casualidad o gracia divina. No! Detrás hay un gran trabajo de un equipo que se dedica en cuerpo y alma a preparar durante todo el año estos días taurómacos que dura el serial enerario. Y no sólo viendo el campo, las ganaderías, los toros que puedan lidiar en esta plaza: hay asimismo una muy concienzuda atención al cliente, al aficionado, al abonado, dándole cumplida información y manteniéndole pendiente durante doce meses de la actualidad taurina de la localidad y de lo que va ser el gran acontecimiento alrededor de la festividad del santo patrono. 

     Llega la Feria y ves que la ciudad vive prácticamente por y para ella, siendo los toros una parte muy pero que muy destacada de estas fiestas. Las tiendas, comercios, bares y restaurantes aparecen engalanados con motivos taurinos. Por todas sus calles se recuerda que para el próximo año se cuentan cincuenta años de ser inaugurado.  


     Actualmente en San Cristóbal a cada paso te encuentras con gente que comenta lo que si la empresa Hermanos Grisolía  dará gran la corrida femenina donde se podrá disfrutar del toreo de Mari Paz Vega, Hilda Tenorio, Conchi Ríos y la despedida del matador caraqueño Pepe Luis Núñez ya que es la que más ha dado buen ambiente lleno de expectativas, desde luego, es taurino por los cuatro costados. Y una larguísima semana que nos ocuparía este espacio y el de los lados. Vive a tope la Feria internacional de San Cristóbal.

     Por eso digo que volver a San Cristóbal por San Sebastián es ir al reencuentro con los amigos, con una ciudad que se abre, generosa como es su gente, sin pedir pasaporte, mirar el color, ni extrañarse por el idioma o el acento al hablar. Volver a San Cristóbal es acudir a una ciudad en la que la fiesta se apodera de todo y, en ella, el rey es el toro, desde la mañana al atardecer.

     Nada como San Cristóbal,  es roja y blanca, son olores (no todos agradables, cierto es), sabores, sudores, fríos, risas, abrazos, besos, celebración de la vida, desafiada en el encierro y en la corrida. 

          "El toreo es un despertador vivísimo para los ojos;  tanto que se nos mete por ellos con sus verdades luminosas; que nos enseña a ver cara a cara a la mentira y al horror de la sangre y de la muerte para encender e iluminar la vida de otro maravilloso entendimiento. ¿Acabaremos nunca de aprender todo lo que el toreo nos enseña?" 
José Bergamín

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