Siempre recuerdo la última presentación del matador de toros caraqueño Pepe Luis Núñez en su debut en la segunda plaza de toros más grande de América, la Monumental “Bernardo Valencia” en la Feria Internacional de Valencia 2007, cuando casi colgaba definitivamente los trajes de luces.
La razón es porque se sentía excluido como profesional, como muchos buenos toreros que están en “la banca de suplentes” para que ser contratado.
Sobre las tres dimensiones del hombre: razonar, sentir, se aparece el arte en su estado más perfecto que es la imperfección. Una severa y gloriosa paradoja que acuna a todo arte que quiera serlo, ayer, hoy y siempre. Se sigue pintado porque nadie alcanzó el cuadro perfecto, escribiendo porque nadie narró la novela perfecta. Pero, sobre todo, se torea casi perfecto porque el toreo fue, es y será pura imperfección. La intención de lo perfecto. Así sucedió en Valencia cuando seis matadores de toros venezolanos se jugaron la vida con los toros de la ganadería colombiana “La Carolina”, porque Pepe Luis Núñez puso un derroche de arte orfebre, perfecto, sereno, profundo, acompasado, rítmico y estético. Debutó como lo hecho en otras plazas de toros de Venezuela, triunfando!, fue el único que ha estado a la altura de las circunstancias, lo toreó con gran sabor, naturalidad e inspiración, por actitud y aptitud.
Su faena fue lo mejor de esa tarde. Clásico, vertical, asentado y queriendo, aunque quizá abusando de los redondos, mal menor en tan complicado toro de “La Carolina”. Dibujando lances en ese tío de toro, sacando la exprimidora hasta lo último. Tenía las orejas en la mano pero las ha perdido con los aceros, que ha manejado de manera horrible. En fin, lo que ha hecho ahí queda. Para otra vez será.
Pepe Luis Núñez en una oportunidad me anuncio su retiro: “Positivo ha llegado la hora de decirle adiós a los ruedos y gracias a los aficionados que me apoyaron en mi carrera profesional.”
Particularmente pienso que no se retira cualquiera cosa, no se va un torero chufla, no se va alguien igual a otros muchos porque no es un torero estándar, siempre será recordado por los aficionados de España, México, como se dio a conocer, por su arte puro, por su entrega, por la ligazón en la faenas, por su temple, y sobre todo por la distancia que le da a los toros.
A parte de lo buen torero, es mejor persona no hay nadie en el planeta taurómaco que hable mal de él, y esto en los tiempos que corre es muy difícil. Tener las cualidades como torero como la que tiene este diestro Pepe Luis Núñez es aglutinar una series de virtudes y de reconocimiento tales como, tener respeto, admiración y beneplácito del público, el respeto de la prensa y el respeto de los compañeros de profesión, todo esto ha conseguido Pepe Luis Núñez, por todo ello y desde luego le vamos a recordar cuando pase a la historia del toreo nacional. Dios quiera le veamos en la Feria Internacional de San Cristóbal en su retiro con las matadoras Hilda Tenorio, Mari Paz Vega y Conchi Ríos. Quizás la afición de Venezuela le despidamos con un “hasta siempre MAESTRO!”, o quizás sea más apropiado un “hasta luego MAESTRO!”, porque matadores de toros como él no deberían retirarse nunca.
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