martes, 22 de noviembre de 2022

S.O.S ¡Los Organizadores de San Cristóbal bajo una crisis de salud mental!

Ferias y Fiesta de Venezuela 

Rodolfo “Positivo”

0424-283-13-96.

“EN CADA LANCE VA LA VIDA,

PERO TAMBIEN VA LA GLORIA”

LAS CORRIDAS DE TOROS ES NUESTRA

FIESTA Y LA TUYA

ES NUESTRO COMPROMISO Y EL NUESTRO

DEFENDÁMOLA.


     Ok, ya me arreché y por lo tanto inicio esta reseña de esta manera porque todavía hay muchos chuflas organizadores taurinos y Matadores de Toros que piensan que nosotros los que damos informaciones sobre los asuntos taurinos somos unos tontos, que estamos al servicio de ellos  por el simple hecho que son empresarios taurinos y/o "Figuras del toreo". 

     Pero Rodolfo “Positivo” para nada se siente acosado por muchos de estos tíos con sus amenazas, muchos menos me trago un pase de ninguno de ellos, jamás les permitiré cachondeos de su parte a la hora de concretar planteamientos sobre sus organizaciones para discrepar un artículo en cualquier feria de nuestro territorio nacional y lamentablemente esto siempre se observa en este mundillo del toro. 

     Al margen de la Feria de San Cristóbal y Mérida que ya las tenemos a la vuelta de la esquina, observo con atención que se han programado muchas corridas de toros por parte de otros organizadores que vienen con muy buenas intenciones como en el caso los diestros Manuel Medina "El Rubi" y José Cariel “El Amarillo”, Antonio Suárez y los Rodríguez Jáuregui. 

     Para el año 2023 continúa la gira de los malos puntilleros de lo poco que queda de la fiesta de los toros y, no hablo de ayer, una vez más, lo pudimos volver a constatar, este 2022 pero en esta ocasión en San Cristóbal. Se lidiaron animalitos de tal que, como se comprobó, los ganaderos de nuestro territorio nacional no quieren criar toros, prefieren que salgan a la arena santos con cuernos y de tal modo que muchos de lo que van a disfrutar nuestra fiesta salen más decepcionados. Otra falacia que viene a demostrar que, el peor enemigo de la fiesta lo tenemos en casa, es como el matrimonio que, es la única guerra donde uno se acuesta con el enemigo.

     Como como lo vengo diciendo en muchas ocasiones, si este tipo de festejos que han montado Orlando Faroh con su panita Juan José Guerrero, por aquello de la llamada gran feria taurina, si en vez de denominarlos como corridas de toros hubieran sido festivales, el éxito hubiera sido de clamor porque, dichos animalitos, para festivales, hubieran sido las delicias de todo el mundo. Claro que, anunciar como toros a dichos bicornes, me parece una exageración fuera de lugar. ¿Qué es una corrida de toros sin el elemento toro? Justamente, lo que estamos viendo, parodias sin sentido que, en el fondo y en la forma están terminando de destruir la propia fiesta sin que el Fiscal General de la Republica nos ayude.

     Ni contar con  las múltiples orejas que se cortaron que, todas me supieron a pura broma y, el toreo debe ser algo muy serio. Sin duda, para esta feria pasada de San Cristóbal, la seriedad no se ha visto por lado alguno, de ahí los esperpentos que nos muestran todos los días los organizadores y empresarios con estos festejos aciagos que, en realidad, nada positivo aportan a la fiesta.

     San Cristóbal ha cambiado para mal, desde la últimas corridas que el héroe Nelson Grisolía organizó en San Sebastián 2017, todo ha sido un verdadero petardo gordo porque en el año 2018 muchas llenas  que se codean en este mundillo que Nelson creía que eran sus leales amigos le echaron muchísima mierda uno de ellos fue Jesús Colombo padre que andaba desesperado como todo escuálido para llevar el control de dicha feria. Posteriormente otro organizador fue Murillo que no resultó ser mas pobre en su organización porque trató a duras penas hacer las cosas mejor aunque los carteles que llegó a presentar fueron atroces. 


     Se suponía que con Orlando Faroh todavía las cosas podrían funcionan como debe ser pero no es así y es una pena, necesita de suma urgencia un buen especialista en psiquiatría taurina para que lo guíe por el buen sendero del tema taurófilo porque indudablemente este Orlando Faroh debería primeramente encaminarse en ser mejor aficionado para que no cometa tantos errores. Su primer desbarajuste comienza en que dejaron por fuera del cartel como la guayabera a una de nuestras primeras Figuras de la geografía nacional del toreo como lo es “El León de Caracas” Leonardo Benítez. 

     Como lo dije desde el inicio, San Cristóbal ha cambiado para mal porque el estado mental de sus actuales organizadores es muy grave a la hora de confeccionar los carteles, lo inexplicable de esta historia es que contratan a Jesús Enrique Colombo como si fuera la máxima expectativa del toreo, le aplauden las maniobras circenses pero lo peor es lo mal en como coloca los rehiletes a toro pasado con salto de delfines. Sin mencionar que si no lo ponen dos tardes mínimo, no torea, como si la situación actual en Venezuela diera para esto. Ni Roca Rey va a la Feria de Acho más de la mitad de las tardes que dura el ciclo ferial.

     Mientras ningunean el sabor del buen torear del “León de Caracas” Leonardo Benítez cuando lo hemos visto triunfar en ese coso taurino desde novillero hasta el día que se doctoró como Matador de Toros donde abundaban buenos aficionados taurinos, donde la solera de su prestigio y la sensibilidad de esa plaza se los ha llevado el desagüe de los tiempos para dar paso a un público que ha perdido la esencia del que tuvo esa plaza, donde ya abundan los voceras que se hartan de mala sangría  llegando al punto de la emoción con unas manoletinas, que sacan por la Puerta del Triunfo a cualquiera, en el último ciclo de la torería vaya tela la que vemos en esa Plaza de toros, y a la hora de la verdad son incapaces de ver la torería, esencia, arte de Leonardo Benítez, digno heredero de la grandeza que atesora la escuela del recordado Maestro Chucho Hernández de Caracas y la escuela mexicana. 

     Ojo San Cristóbal necesita otra revolución, como la de Leonado Benítez aquella que siempre ha dado tanta seriedad en esa plaza, y donde siempre va a devolver el prestigio y la seriedad que nunca debió perder San Cristóbal. Insito que el actual palco que ocupa el Juez de Plaza es una vergüenza y a todos sus inquilinos hay que echarlos, de lo contrario la decadencia para el próximo año 2023 va a ser inmediata y rápida. 


     Esta chucuta empresa ha colocado dos diestros que realmente no tienen sazón en este guiso. Nadie quita méritos a Marcos Peña "El Pino", pero veo como mejor opción al “Gitano Andino” Antonio Suárez e incluso el mismo Fabio Castañeda, porque si hablo del Colombito, ese esta de más en esta feria porque es muy mal torero. "El Pino" y Colombito son dos toreros amortizados. Son dos toreros carentes de frescura aburren y tan vistos que nadie pasaría por la taquilla para verlos, porque ya carecen de eso tan fundamental en la Fiesta como es la sorpresa además no tienen tanto tirón de público como si lo tiene Leonardo Benítez.  

     Que vaina tan arrecha que en un mundo tan particular como los empresarios y organizadores taurinos de esa región del Táchira nunca han cuadrado a la hora de formar un cartel, porque dos y dos nunca fueron cuatro. Pero lo peor del caso es que estos chuflitas piensan que dejándose llevar por la grandeza de la emociones y creyendo que están despertando un espectáculo con las metas puestas en un horizonte más limpio, más puro  resucitaran la Fiesta porque será el verdadero motor de la Tauromaquia. 

     Hoy en San Cristóbal la Fiesta sigue herida, desangrándose y nadie es capaz de suturar esos jirones que conducen a que cada vez más gente mire para otro lado; especialmente a una juventud que, en su mayoría, da la espalda y el malestar es evidente en una afición que no cuenta para nada, porque la figura del aficionado prácticamente ha desaparecido. Ahora es una masa de público, muchas veces tras el éxito de un torero –que cuando se desinfla desaparece- domesticado para aplaudir, dócil y engañado, al que han dicho la sandez que hoy se torea mejor que nunca; al que venden oro que realmente no es más que bisutería de oropel. Engañado por una parte de la prensa vendida al servicio del triunfalismo un mal gravísimo y que convierten las medias entradas en casi lleno; llaman maestro a todo quisqui vestido de luces; se olvidan de los silencios y de las broncas –que siempre fueron muy toreras- y ensalzan en un claro engaño al lector, oyente o televidente. Ahí está el ejemplo del algunos canales taurino españoles y mexicanos el daño que hace al maleducar a quien escucha a sus especialistas, cuando un bajonazo la da por espadazo o cuando increpan a presidentes por no dar orejas, cuando realmente debe ser un silencio. ¡Cuánto se echan de menos esas reseñas y los comentarios de Rodolfo Positivo del Diario El Mundo, Pepe Cabello del Universal, siempre sinceros y sin paños calientes.

     Ante la situación hay que ser serio, obrar con sensatez y denunciar tantos abusos que se están adueñando y es la única manera de erradicarlos. Durante estos años de Pandemia hemos estado tapados, pero ello no era ningún burladero para ver que los taurinos seguían manteniendo los errores de siempre. Sobre del medio toro ni se hace comentarios del afeitado ya es cosa común en las distintas plaza de toros de nuestro territorio nacional para cuidar la humanidad de esa figuritas del toreo que se viene a jugar la vida con los becerros de nuestras ganaderos, del mencionado triunfalismo es un mal gravísimo, del los indultitos. Lo que sí se mantiene íntegro es el billete que se llevan, libre de polvo y paja.

     En una buena época San Cristóbal, Maracay y Mérida, que siempre fue adalid de la exigencia, parecen portátiles al uso de habituales tardes de triunfalismo sin observar en realidad faenas contundentes. Es muy grave que dejar un futuro tan incierto que puede poner fecha de caducidad a la Fiesta después de que los taurinos, con sus malas artes, no dejen de dar argumentos al Gobierno central, que claramente está en contra de la Fiesta y acabe ocurriendo como en Caracas, Valencia y Maracaibo cuyo final sabemos todos, pero a los muy poquitos que lo denuncie desde años antes me han tildado de locos, antitaurinos y enemigo de la Fiesta. ¡QUE BOLAS!


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