domingo, 26 de abril de 2015

Contundente realidad de las Corridas de Toros

     El mundo nunca será totalmente justo, por ello los seres humanos solo podemos aspirar a que sea cada día menos injusto. Para lograrlo tenemos que priorizar las injusticias que queremos ir eliminando progresivamente, dándole más importancia a aquellas que afectan a los seres humanos, como la falta de respeto por la vida humana, la falta de trabajo, de educación, salud, justicia, discriminación e irrespeto por la propiedad segura.

                                                                       
     El consumo de las langostas, por ejemplo, permite satisfacer las necesidades de pescadores, transportistas, comerciantes, empleados de restaurantes, etc., no creo, por esta razón, que sea justo para quienes viven de su consumo prohibir su pesca arguyendo que para cocinarlas hay que cruelmente meterla vivas en agua 100% hirviendo, para que fallezcan mientras gritan desesperadamente, agitándose y moviéndose hasta lograr que mueran. 


     Igual de injusto para los seres humanos seria prohibir el consumo de pescado, porque para llegar a la mesa de los hombres estos han sufrido un largo proceso de asfixia, porque los peces solo pueden respirar dentro del agua. Basta ver la desesperación por respirar que tienen los pescados recién sacados del agua para ver la cruel manera de morir que tienen. 
                                                                      

     Se dice que los boxeadores pelean porque quieren. En mi óptica no creo que sea así, porque poca es la libertad que dispone un ser primitivo, como lo son un gran numero de ellos, de negarse a hacerlo si por meterse en un cuadrilátero para tratar de producirle a otro ser humano  una conmoción cerebral, se le ofrece lo que nunca ha imaginado que podía tener. 

                                                                     
     Si unimos las corridas de toros a los tres ejemplos de crueldad anteriores, yo creería que los primeros que habría que eliminar es el boxeo, porque se trata de terribles daños con irremediable consecuencias futuras. conmociones cerebrales, caso actual el de Muhammad Alí, quien sufre del Mal Parkinson. El boxeo se inflige en los seres humanos incentivado por el dinero, por personas que tan poco le interesan los boxeadores y que los abandonan si no les rinden. Sin embargo, si hoy eliminamos el boxeo más hombres no podrán satisfacer sus necesidades básicas y muchos seres humanos intelectuales primitivos de que normalmente gana el torero. Son muy raras las ocasiones en que gana el toro mandando al matador a la enfermeria. Por lo general es el torero quien lleva al toro hasta la muerte.  

     Ahora bien, pienso que el error fundamental de este razonamiento está en considerar las corridas de toros como un deporte, como un combate en que ambas partes intentar ganar puntos. La fiesta taurina no es una pelea de box, ni una lucha de vale todo, donde ninguno de los luchadores puede usar un cuchillo además de su fuerza bruta natural para ganar al otro. Definitivamente, el toreo no es una competencia deportiva. Entenderlo de esa manera es no comprenderlo en absoluto.
                                                                      
     La corrida de toros es un rito, es decir, un acto ceremonial que sigue ciertas normas y que busca expresar algo superior, Hay ritos religiosos (que muchas veces han incluido sacrificios de animales) que tratan de expresar la superioridad de un Dios o que, mediante el agua, lavan las culpas de ser humano, hay ritos de cortesía como el protocolo diplomático que quiere dar fe del respeto que se debe a ciertos nombres públicos y a la jerarquía que existe entre ellos. La corrida de toros es un rito artístico, es decir un acto sujeto a las reglas perfectamente establecidas en el que se pretende mostrar belleza a través de la elegancia del movimiento. Pero esta manifestación artística tiene la peculiaridad de que es una danza que se realiza al borde del abismo, jugando con el peligro, ya que, aunque normalmente el rito se cumple de manera cabal, no se puede negar que el matador de toros está en peligro en todo momento y sabe perfectamente que tiene ese riesgo que constituye el costo de expresar la belleza 
                                                                     
     Quizá debemos decir que el toreo implica dos ritos en un solo acto: uno se realiza como un homenaje a la belleza, el otro, es un homenaje a la razón. En la lidia, el toreo destaca que la razón humana es superior a la fuerza bruta, enaltece la inteligencia sobre el poder material. Por consiguiente, para que se cumplan los fines del rito, el torero -que es oficiante- no debe morir para así mostrar la superioridad de la inteligencia. 
     ¿Qué este rito requiere la muerte de un animal? Es verdad. Pero me pregunto si la muerte, en aras de la belleza y de la razón, de un toro que ha sido preparado para ello durante cuatro años, en un ambiente totalmente libre y hasta bucólico, ¿alguien la considera más oprobiosa que la de los toros comunes que son criados en pequeños establos donde no tienen espacio sino para comer y echarse en el suelo y que cuando todavía son “bebés” de año y medio, son llevados al matadero a que le den un golpe fulminante en la cabeza, los degüellen y los cuelguen aun vivos, para que boten toda la sangre, a fin de que usted amigo lector, y yo mismo nos comamos su lomo, sus sesos y hasta sus interiores? Dejo planteado la pregunta.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario