lunes, 20 de abril de 2015

La Empresa Taurina “Don Fabio Grisolía” despierta interés con un inicio grande e intenso la futura Feria Internacional de Valencia 2015


     Originalidad. Creatividad. Credibilidad. Esas son las palabras que mejor se pueden definir para ver pronto los mejores carteles taurómacos que se pueden presentar en la capital del Estado Carabobo por parte de la Empresa Taurina “Don Fabio Grisolía” para levantar el ánimo a los espectadores taurinos a nivel Nacional e Internacional. 

                                                   
     La fiesta de las corridas de toros vive de sí misma y por sí misma: sin ecos mediáticos ni información puntual de las ferias que se aproximan y configuran la época de la temporada. La madurez, veteranía y seriedad de los Grisolía en el tiempo que tuvieron la consignación de las corridas de toros de la Plaza de Toros de Mérida y actualmente la de San Cristóbal,  siempre crearon, y han creado, vitalidad para esas latitudes andinas, lo cual siempre la concurrencia ha agradecido, respondiendo cada año  llenando las localidades. 

                                                   
     A ritmo de locomotora  se mueven las ventas de boletos para el día 26 de Abril, un día muy importante por el cual, veremos celebrar la primera corrida de toros de pre-feria 2015, con un cartel bastante atractivo. Me comentaba Luis Miguel Valencia, figura muy vinculada de máxima confianza de la organización, que hay un ambientazo descomunal, que los teléfonos de la empresa no han cesado de repicar para ser el apartado de los boletos, al punto de que han tenido que extender su horario de atención al público en un promedio diario de más de dos horas. Me manifestó que los diestros que se presentaran para ese día, vienen con mucha ilusión y con ganas de dejar un buen sabor en el paladar de los aficionados taurinos… de jamón ibérico pata negra.   
                                                    
     En buena medida estos éxitos alcanzados por esta organización se debe a que alcanzaron altísimas cotas artísticas y, sobretodo, poseen una visión taurina envidiable dada a esa intuición extra que los encamina al éxito en todos los sentidos.

     Si en algo estamos claros, es que el público taurino de alguna forma hace noticia de lo que viven en las corridas que han presentado los hermanos Grisolía y esto acredita y acrecienta la popularidad y reputación de esta empresa. Los Grisolía dan una dimensión a sus corridas de toros llevando estos festejos a un enfoque de gran categoría y prestigio, haciendo un sacrificio económico sin engaños, ni “regateos”, sin triquiñuelas, para presentar los mejores carteles con el mejor ganado posible, además la clave está que tienen material como hacerlo. 


     Si en caso dado llegase a retomar esta empresa la feria para la presente edición ferial del 2015, seria exaltar los ruedos taurómacos y salir por la puerta grande como los buenos matadores de toros. Es abrochar nuevamente las grandes Ferias de Venezuela y reivindicarse como los líderes máximos de las ferias venezolanas como en las buenas épocas de antaño.  

     Nadie se atreve y es mi opinión personal, llevar estas corridas de Valencia a un nivel de gran mérito como lo han hecho los hermanos Grisolía. Además me atrevo a afirmar que no hay adversario en este momento que pueda competir realmente con la fuerza taquillera que la manejan los Hermanos Grisolía.
                                                   
     Durante años, estos reconocidos ganaderos y organizadores taurinos, han dedicado toda su vida a favor de esta difícil profesión así como su promoción, arrojando pensamientos positivos y con profundidad hacia el público taurino, consolidando extraordinarias campañas en las corridas. Los grandes figurones del toreo universal que están remontados en los escalafones desean verse retratados e incluidos en los carteles de estas dos grandes ferias como lo son San Cristóbal y Valencia. Los hermanos Grisolía le han cumplido a los toreros y a la importante afición taurina de Venezuela y el resto del orbe taurino más allá de nuestras fronteras.
                                                    
     No olvidemos esta solemne fecha, 26 de Abril, un día donde la tercera plaza de toros mas grande del mundo abrirá sus puertas y dejará escuchar los timbales y clarines para ver tres protagonistas del toreo nacional. Tres toreros donde se disputará quien será el mejor. Rafael Orellana, oriundo de Tovar, Edo Mérida, Fabio Castañeda, de San Cristóbal, o el anfitrión valenciano Manolo Muñoz.

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Más noticias

     A partir de ahora acuño la frase de… “El arte y valor a igual que los buenos perfumes se guardan en frascos pequeños” porque si la talla de  es de altura, su talla de arte y valor es digno del más glorioso de los espartanos. Tenemos otros casos de toreros de tallas grandes y pequeñas con gran arte y valor, no se si será casualidad pero parece que los toreros de arte y valor de verdad se encuentran en algunos diestros de media estatura. Lo que sucedió en el mes de Enero  en la Feria de San Sebastián y Febrero en la del Sol con el diestro andino Fabio Castañeda fue de quitarse el sombrero,  no se pude estar más dispuesto, más capaz, más lucido como lo estuvo esas triunfantes tardes. Y me atrevo a decir mucho más  que Fabio Castañeda estuvo por encima de Rafael Orellana y los otros compañeros coletas que compartieron cartel con él ese día. Hay triunfos de triunfos, pero lo de ese día del torero tachirense ha sido de órdago. Apuntemos a este torero joven en los futuros carteles para el disparadero de las grandes ferias. 

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PARA NO OLVIDAR.
En la novillada de la Feria de San José, 
con novillos de distintas ganaderías solo destacó Cristian Valencia
“El Jeque” y "El Victoriano": sois unos fracasaos!

     En sí la novillada de distintas ganaderías no decepcionó a los que tuvimos la suerte de acudir a la plaza ese día. Suele ocurrir en estos festejos, que son considerados de orden menor, y al no venir un novillero que no tenga cartel y no repercute en este mundo del toreo  pues los “aragüeños” se relajan y no acuden a las novilladas. 

     ¿Será que están aburridos de ver a los mismos fulanitos estos del Victoriano y El Jeque, que solo vienen a lucir los vestidos de luces a ver cual es el mas bonito?, ¿Y no será porque no ha ocurrido en otras ocasiones nada, porque casi siempre nos calamos la misma vaina, que después de estar soportando esto durante otras feria que ya han pasado, ya los espectáculos son anodinos y en ocasiones bochornosos que ofrecen estos dos toreros, incluso cuando cortan orejas? y cuando hay algo interesante: arman “rumbas”. Así son estos dos toreros  “maracayeros”.

     La diferencia de este tipo de aficionados con el que realmente siente la fiesta es evidente, y es que éstos si valoran este tipo de festejos. 

     Cuando suele salir el novillo que exige al torero el carnet de profesional, y aunque éste no se lo enseñe, siempre es condescendiente con el diestro, ya que para eso está en fase de aprendizaje, sin embargo, cuando aparecen una figuras como el caso de Cristian Valencia, les exigen fuertemente. 

     Los novillos de ese día, bien presentados y algunos de ellos con hechuras de toro, trajeron la emoción a la plaza, porque aunque casi todos mansearon, sacaron casta y picante, dieron buen juego en la suerte de varas. Algunos de ellos empujaron con clase en el caballo, otros derribaron al montado y lo más importante, ninguno dobló las manos en el castigo, hecho que no ocurre cuando aparecen en el albero los toreros de tronío, donde la suerte de varas es un puro simulacro, ya que si no fuera así, la mayoría de los toros rodarían por la arena como una pelota, y aún así, lo hacen.

     Esa tarde sorprendió fue el carabobeño Cristian Valencia. Nada más mágico que la fragilidad del arte convertida en acero. Sin que nadie vea el metal. Frente al toro novillo de hierro y fuego, frente al uno de los novillos de mas presencia por hacer y por poder, presentó Cristian Valencia la muleta suelta, los vuelos del alma y la fragilidad del cuerpo que se abandona. Lo que muchos hacen a gritos lo hizo él callado. Lo que pocos hacen con el corazón asomando por la boca, lo hizo él con el corazón a compás de su miedo y su arte. Siendo fiel al ADN con el que lo parieron. Ese día las comadronas de la capital aragüeña se ausentaron por un sarao en otra zona de Maracay, y fueron las musas las que asistieron al parto. No se puede explicar de otra forma sus formas nunca enseñadas y siempre aprendidas. 

     Asistimos al siguiente eslabón del toreo con el toro que a veces no se desea pero siempre se necesita. Una corrida exigente y de raza. Para poder, para torear, para crear arte. Un eslabón no encontrado pero sabido. Un espectáculo para todas las religiones del toreo y sus partidarios que ya saben el camino a peregrinar. 

     De Cristian Valencia les diré, que fue lo que mas me gustó: Tres chiquilinas decorosas, una media verónica magistral, dos pares de banderillas extraordinarias, diseñó una labor emocionante con muletazos largos, dos tandas de naturales inolvidables, desparramando su arte en destellos puros y deslumbrantes, con naturalidad excelsa. A este Novillero le observe dos cosas  distintas y una sola verdad: la grandeza del toreo. Y grandeza embrujada de misterio, porque qué hace que en el toreo grande se produzca una emoción indescriptible, como cuando se estiraba al ejecutar una tanda de derechazos, eternos, con la cintura como cimiento y pieza angular, que enloquezca, envuelva, arrebate y entusiasme... Lo he dicho: la grandeza misteriosa de un sentimiento verdadero llamado toreo. Y eso es Cristian Valencia.

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